lunedì 3 settembre 2007

SECTAS CIBERNÉTICAS EN MÉXICO


Por Raquel Membrila y Genoveva Caballero
Revista Contenido

TRES ELEMENTOS PARA IDENTIFICAR SECTAS DESTRUCTIVAS: ENTREVISTA CON EL DOCTOR JORGE DE LA PEÑA Y LA SOCIÓLOGA ELIZABETH DÍAZ

—Las sectas pueden considerarse destructivas cuando lesionan la integridad psíquica o física de sus adeptos— explica el psicólogo y psiquiatra Jorge de la Peña Martínez, perito de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Generalmente se trata de grupos pequeños manejados por una minoría de privilegiados, sometidos a su vez a un líder, cuya personalidad suele presentar rasgos psicopatológicos. El control sobre los seguidores es total y en ocasiones éstos se ven incluso empujados a cometer suicidio en nombre de su guía o sus creencias.

Por tales episodios extremos —como los ocurridos en Guyana en 1978 o en Waco, Texas, en 1993—, muchos suponen que las sectas destructivas son grupos detectables a simple vista, aunque no siempre es así. Lo cierto es que la gran mayoría emplea técnicas de coerción psicológica tendientes a reformar el pensamiento al estilo del "lavado de cerebro" empleado por los regímenes chino y soviético entre los años 60 y 80 del siglo pasado.

El psiquiatra neoyorquino Robert Jay Lifton, estudioso de los traumas causados por la guerra y los campos de concentración, definió en su obra La reforma del pensamiento y la psicología del totalitarismo 8 criterios para caracterizar el "lavado de cerebro" a partir de las técnicas utilizadas por el régimen de Mao Tse Tung para convertir a los presos políticos a la ideología comunista (ver recuadro).

Actualmente muchos médicos, psicólogos clínicos y sociólogos, toman los criterios de Lifton como referencia para determinar si algún grupo, religioso o no, se vale de medidas coercitivas para manipular la conducta de sus partidarios a través de una técnica gradual de "reforma de pensamiento": —El manejo de estas técnicas de coerción psicológica establece el criterio clave para llamar "secta" a una agrupación— señala De la Peña.
LOS 8 CRITERIOS DE LIFTON

Control de la comunicación. El grupo decide con quiénes se comunican y relacionan los adeptos, y limita sus fuentes de información.


Misticismo artificial. Velas, incienso, rezos o mantras, música y otros elementos son usados para crear un ambiente "especial".

Vocabulario propio. Fomenta la sensación de pertenencia.

Primacía de la doctrina sobre la persona. Los preceptos dictados son más importantes que la experiencia de cada individuo en su comprensión de la secta.

Infalibilidad del dogma. La palabra de los líderes son sagradas, pues provienen de la divinidad.

Confesiones públicas. Establecen lazos de complicidad entre los miembros de la secta.

Demandas inalcanzables de pureza. Provocan en los sectarios vergüenza y culpa constantes, que los vuelven más susceptibles de ser mani­pulados

Poder sobre la vida. La secta decide quién tiene derecho a vivir y quién no y aun quién se salvará o no en el más allá, según su adheren­cia a las normas del grupo.

Fuente: Centro de Información sobre Sectas, Religiones y Nuevos Movimientos Espirituales.

La mayoría de las sectas modernas utilizan una versión atenuada del "lavado cerebral", denominada por los expertos "reforma del pensamiento", para controlar a sus miembros. El psiquiatra John Hochman —profesor clínico asistente de psiquiatría en la Universidad de California en Los Ángeles— asegura que «las sectas utilizan una tríada de elementos que se refuerzan entre sí: el milagro (pensamiento mágico alrededor del dirigente), el misterio (ocultar la práctica, creencias reales y agenda del grupo) y la autoridad».

De acuerdo con el doctor De la Peña y la doctora Elizabeth Díaz Brenis (profesora-investigadora de la Escuela Nacional de Antropología e Historia y Directora del Centro de Estudios de Religiones Contemporáneas) las sectas hoy se valen también de una nueva herramienta para reclutar miembros: los foros de discusión o de charla (chat) en Internet, idóneos para captar adeptos.

AMENAZA MODERNA

De acuerdo con fuentes de la Policía Cibernética, creada en 2000 y adscrita a la Coordinación General de Inteligencia de la Policía Federal Preventiva de México, en Internet es fácil encontrar sitios de sectas que hacen proselitismo y buscan adeptos. Según la Asociación Mexicana de Internet (AMIPCI) alrededor de 9,000,000 de prepúberes y adolescentes de 12 a 19 años de edad (45% de los 20 millones de usuarios del servicio) tienen acceso regular a la red de redes, en muchos casos sin supervisión paterna e inevitablemente algunos de ellos acceden a los portales de esas agrupaciones, tal como aconteció con Ricardo y Pedro.

El peligro no es menor, pues ya existe la adicción a Internet —afirma De la Peña—. Es una enfermedad muy reciente, propia de los adolescentes o adultos solitarios o desatendidos, justo el blanco más apetecible para muchas sectas, que así se aprovechan de la modernidad para seguir medrando a costa de los más vulnerables.

LAS CUATRO PRINCIPALES SECTAS EN MÉXICO

Una de las sectas con mayor penetración es la de los Testigos de Jehová, asentados en México desde 1969 y cuyo método para ganar adeptos, predicando casa por casa, les ha permitido reclutar a 600,000 fieles, todos dedicados a propagar su fe. Se niegan a obedecer algunas disposiciones civiles (como rendir honores a la bandera) y a recibir transfusiones. Consideran que Jesucristo no es Dios, que los sacramentos son inútiles y que la virgen María no era inmaculada. En Texcoco, al oriente de la Ciudad de México, mantienen una suerte de ciudadela denominada Betel, que funciona como universidad clerical o centro de adoctrinamiento. Sus 1,000 habitantes comen a una hora fija, oran y luego se dedican al estudio de la Biblia. A las 5 de la tarde se sirve la cena. Todos se consagran a distintos servicios para la agrupación, en especial la impresión y distribución de La atalaya y ¡Despertad!, ambas revistas proselitistas.

Le siguen, en orden de importancia, los Mormones (Iglesia de los Santos de los Últimos Días), cuyos primeros 7 predicadores llegaron a México en 1875 provenientes de Arizona. Una década después se les unieron otros 400 llegados de Utah para huir de la persecución de las autoridades por su costumbre de practicar la poligamia. Se asentaron en Casas Grandes, Chihuahua. En 1993 recibieron el registro como asociación religiosa y hoy suman más de un millón de feligreses.

La Iglesia de los Hermanos de la Luz fue fundada en 1926 por el ex soldado Eusebio González (oriundo de Colotlán), quien adoptó el nombre de Aarón. La secta se asentó en Guadalajara, donde adquirió en 1955 un terreno de 14 hectáreas para crear la colonia religiosa Hermosa Provincia. Los adeptos a esta secta se bautizan a los 14 años de edad y únicamente creen en Jesucristo, el matrimonio es impuesto por el líder y no existe el divorcio. Los ministros deberán estar casados.
Templo de La Luz del Mundo
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No creen en la virgen María, no adoran imágenes de santos y ni siquiera usan una Biblia especialmente expurgada. Cada 14 de agosto celebran con cantos y alabanzas una Santa Cena a nombre del cumpleaños de Aarón (fallecido el 9 de junio de 1964). Según cifras propias, la Luz del Mundo cuenta con más de 5 millones de adeptos, de los cuales el 50% se ubican en Guadalajara y el resto están repartidos en Centro y Sudamérica. Su objetivo principal consiste en formar y controlar comunidades aisladas. Su templo tiene capacidad para 12,000 personas sentadas y está adornado con un sistema de rayo láser utilizado en las celebraciones y visible desde cualquier punto de la ciudad.

La Iglesia Universal del Reino de Dios, fundada en 1977 en Brasil, llegada a México en 1981 y conocida por el lema "Pare de sufrir", se fundamenta en la "teología de la prosperidad", según la cual el adherente puede «reclamar las bendiciones de prosperidad de un Dios Todopoderoso, dueño de todo el oro y toda la plata». Consideran el diezmo entregado a la iglesia como la demostración clara de fe, lo cual ha redituado a su fundador y líder, el brasileño Edir Macedo, una fortuna aún sin cuantificar, pues para eludir al fisco de México y de otros países acostumbra crear empresas que, sin estar a nombre de la secta, son manejadas por fieles adeptos. En México cuentan con más de 48 "Centros de Fe" donde se llevan a cabo reuniones caracterizadas por los generosos donativos entregados por los fieles a la congregación a cambio de recibir supuestas bendiciones y alivio a penas y sufrimientos de todo tipo.

Revista Contenido
Julio de 2007, pp. 38-51
Reportaje resumido

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